lunes, 18 de junio de 2012

Sail.

Viernes 15, 16,17, Lunes 18.

Si fuera un pez escogería volar.


Pobre pez que no puede ir más lejos de... Maldigo a la red que quiso atrapar a mi pez y no lo deja ir.

You'll sail away, I'll stay here.


Maldigo a ese pez por quedarse allí, tan lejos de acá. Allí ni donde los esfuerzos le pueden alcanzar, quisiera tener brazos tan largos como las ramas de un árbol, ese árbol de peces, en donde decidió quedarse, no el mío.
Y de repente todo lo que puedo escuchar son los murmullos permanentes de la gente, que hablan en otro idioma tan peculiar, uno que nunca aprendí, tal vez el suyo y por eso nunca le entendí.

Some fortune.


Contadas marcas en la piel y otras en el alma, pobre pez que no entiende que en el mar muerto todo flota, que a pesar de sus ya incontables intentos se queda atrapado ahí, en la superficie, sin poder nadar, como siempre y lo sabe, pero los peces no tienen oídos.
Son curiosa cosa esto lo de las almas de los peces, me llevaría una vida o unos cuantos tratados escribir sobre su composición, así que seré un obtuso más y afirmaré que no tienen, carecen de...

Incapaz.


La posibilidad de ser marino, mar, nave, pez, ancla y remo, es cegadora, más sin embargo nadie puede serlo todo y serlo tanto en un cuerpo sin redención, sin energía, sin destino, sin serlo y ser de alguien más.
Dotar de magia a un objeto barato, carente de brillo y propósito, objeto invasor y asesino, entrega completa. Pobre pez, ausencia de alma.


Capaz.


Los árboles no lloran, sólo están, hace mucho tiempo fueron atrapados en el encanto del tiempo y quedaron estáticos, esperando pacientes cada estación, cambiando a través del transito del destino, pero siempre iguales, tan llenos de secretos e historias, como la parte más hermosa del paisaje, pero con tristeza son sólo eso, paisaje.

Détruisez-vous.


Y al final, pobre pez que no supo volar, nunca he sido bueno para las despedidas, porque nunca me he despedido en realidad, la gente suele tocar los puertos y nunca regresar , sin embargo, cuando ella dejó mi puerto, no lo pude resistir y fui tras ella y no lo logre, quise que su barco tocara mi puerto de nuevo, no lo logre, ahora que fui yo quien zarpó del puerto, debo hacerlo.

Adiós princesa.

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